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4 de mar de 2025
Casas sustentables en Misiones
Por
Eduardo Saldivia

Todos podemos tener una vivienda sustentable. Con una combinación de buen diseño, tecnología, e inteligencia, es posible que todos podamos acceder a una casa que funcione adecuadamente, con respeto ambiental y sea siempre amable con el ecosistema.
Cuando hablamos de diseño, es planificando junto a un matriculado que nos guíe cuando podemos realmente reducir mucho del monto necesario para la construcción, y llevar al mínimo a futuro los costos de mantenimiento. Una casa bien diseñada no necesita de climatización, es confortable desde que es un plano en el tablero del profesional.
Tecnología refiere a estudiar y recurrir a las soluciones más adecuadas de todo un abanico de posibilidades electrónicas que nos ofrece el mundo actual, a través de avances científicos o la aparición de nuevas posibilidades informáticas podemos tener hogares más confortables, ahorrando dinero o gastando mucho menos, aún cuando ya tengamos la casa construida.
Inteligencia está vinculado principalmente a la sabiduría centenaria de otras culturas que ya resolvieron los mismos problemas que podemos tener en nuestra casa y en nuestro entorno. A través de su experiencia, muchas comunidades nos ofrecen lecciones valiosas que podemos aplicar en nuestro hogar. En general, se trata de ideas muy económicas, que nos dan soluciones muy valiosas.
Surgidos del diseño, de la tecnología o de la inteligencia, repasaremos cinco puntos que podemos tener en cuenta en nuestro hogar para que sea más sustentable:
1) Aprovechamiento del sol. En el caso de Misiones, al sol del este se lo conoce como un sol limpio. Por la mañana todavía tenemos las temperaturas frescas de la noche, y podemos disfrutar de la luz natural en nuestros ambientes. Como contrapunto, en el sur de cualquier vivienda la humedad no se seca y a los ambientes que miran al sur nunca les entra luz natural. En el caso del lado norte y el lado oeste de nuestras casas empezamos a necesitar controlar, tamizar la luz del sol. Estamos en un bioma muy cálido y necesitamos protegernos de la radiación solar. En el lado norte aparecen los parasoles, y especialmente hacia el oeste las galerías que nos protegen y nos permiten sentarnos a ver caer la tarde.
2) Eficiencia de energía y agua. Podemos equipar lentamente nuestras viviendas con artefactos cada vez mas eficientes, que consuman menos energía. El primer paso puede ser una paulatina transición a la iluminación LED, sus lamparitas parecen más caras consumen el 10% que las incandescentes. Un panel solar también nos puede ayudarnos ahorrar, un equipo sin baterías cuesta la mitad. Con un sistema mixto -así se los llama- seguimos usando el servicio de nuestra prestadora por la noche, pero el consumo total a fin de mes será muchísimo menos, porque de día nos servimos de nuestros paneles.
En lo referente al agua, son popularmente conocidos los termotanques solares, aunque son modelos aún algo frágiles, funcionan cada vez mejor, incluso manteniendo el agua caliente durante la noche. Un capítulo aparte merece la captación del agua de lluvia, la que podemos derivar desde nuestras zinguerías a un tanque aparte y del cual podemos servirnos para riego o baldeado.
3) Aislación térmica envolvente. Con tabiques dobles al oeste, vidrios con cámara de aire y entretechos que separan el cielorraso de las chapas en la cubierta, son todos recursos que le van a hacer más fácil a la calefacción o -especialmente- a la refrigeración para poder mantenernos confortables en 24°. Es necesario buscar un equilibrio entre visuales bonitas y aberturas. Una sala vidriada es muy difícil de climatizar y un despropósito de recursos.
4) Sistema constructivo. Los costos y la mano de obra de la construcción tradicional con mampostería empiezan a superar definitivamente a la construcción en seco. Hoy podemos tener viviendas con larga vida útil con placas cementicias exteriores y placas de yeso en el interior. Pero el caso de Misiones es diferente a las otras zonas de nuestro país por la forestoindustria. Contamos con excelentes maderas de bosques cultivados y la tecnología para construir casas de madera con las mismas comodidades que ofrecen países desarrollados. Tratamiento ignífugo e inmune a termitas. Los tiempos se reducen de manera sustancial en la ejecución de una vivienda con sistemas industrializados. No sólo casas nuevas, las ampliaciones de cualquier vivienda pueden ser el primer paso hacia estas posibilidades.
5) Ventilación cruzada. En Posadas, los vientos predominantes son del sur hacia el norte. Y en ese sentido debemos buscar tener ventanas abiertas, banderolas o los ventiletes sobre las puertas nos van a permitir que la brisa circule arrastrando y llevándose el aire caliente que hay dentro de nuestras viviendas. Por la mañana son las corrientes que se llevan la humedad de nuestras habitaciones y nos permiten limpiar mejor.
En Argentina, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible contamos con la publicación que realizaron los arquitectos Juan González Calderón y Pablo Güiraldes, ambos especialistas en diseño sustentable. Allí proponen empezar dividiendo las aguas según las diferentes regiones bioambientales de nuestro país, claramente no será lo mismo, por ejemplo- la relación con el sol y el viento que tendremos en nuestra zona que en la Patagonia.
Como conclusión, en el Manual de Vivienda Sustentable -así se titula- los expertos dividen el análisis en diferentes capítulos: diseño, energía, agua, agricultura, construcción y buenas prácticas. Recordando siempre -como factor clave- mantener en todo momento una constante participación de quien vaya a habitar esa casa, su futuro usuario, y además reconociendo en la construcción en seco, especialmente en madera, su controlada huella de carbono y una mayor optimización de recursos.
https://www.argentina.gob.ar/ambiente/desarrollo-sostenible/vivienda/manual
24 de feb de 2025
Los árboles nos hacen más jóvenes
Por
Eduardo Saldivia

Hay una creencia popular anónima que nos propone a todos pasar por la vida haciendo tres cosas: escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol. La sabiduría popular asocia desde siempre la vida con los árboles y de este dicho se tomó el gobierno holandés para lanzar una nueva iniciativa en la que por cada niño recién nacido, el Estado plantará un árbol y le entregará el correspondiente certificado a cada familia.
En el mundo se talan 475 árboles por segundo. Los esfuerzos por proteger los bosques nativos y su ecosistema pueden darnos un 30% de la solución inmediata al cambio climático que estamos sufriendo. Un árbol adulto puede absorber 15 kilogramos de dióxido de carbono por año, y si a eso le sumamos el movernos por la ciudad con vehículos que no emitan gases nocivos al ambiente, habremos solucionado la mayor parte del problema.
Según un informe del Foro Económico Mundial, los médicos ingleses del Servicio Nacional de Salud empezaron a prescribirles a sus pacientes que pasen más tiempo en contacto con la naturaleza en aquellos casos que es necesario reducir la sensación de aislamiento y el estrés.
Esto (que en Japón se la llama Eco-Terapia) consiste en caminar por el parque, andar en bicicleta por un bosque o simplemente dedicarle tiempo a la jardinería en el hogar, y en el caso de grupos vulnerables -como pueden ser los adultos mayores- se organizan contingentes reducidos para realizar visitas guiadas a reservas naturales.
La fitofilia, el bienestar que nos produce un entorno verde, es algo que ya se viene usando como tratamiento en Nueva Zelanda desde 1998; se trata de disfrutar de la vegetación para reducir los riesgos cardíacos de ciertos pacientes. En muchos casos, afirman reducir las palpitaciones, la presión sanguínea y los niveles de ansiedad. Los beneficios para la salud son tales que se estima que -según un estudio de la Universidad de Chicago- las personas que viven en espacios arbolados gozan de una salud equivalente a ser 1,4 años más jóvenes.
Repasemos los beneficios de un arbolado planificado para nuestras ciudades:
1) Frenan el cambio climático ya que enfrían la ciudad. Estamos en tiempos de emergencia para nuestro ecosistema, el calentamiento global ha traído graves perjuicios para el clima, lluvias más copiosas y veranos más duros. Además de brindarnos sombra, según la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-, el arbolado puede reducir en más de ocho grados la temperatura del aire en los espacios públicos de la ciudad. A través de corredores verdes, se puede brindar un espacio público fresco y de calidad a peatones y ciclistas.
2) Son un filtro natural del ambiente, ya que limpian la polución del aire. Las especies autóctonas secuestran 40 veces más el carbono de la atmósfera que las especies exóticas. Nos aíslan de los ruidos molestos y nos protegen de los fuertes vientos, reduciéndolos a una amable brisa.
3) Mejoran la biodiversidad, fortaleciendo el ecosistema local a través de la implantación de árboles nativos. Éstos crecen diez veces más rápido que otras especies y generan 100 veces más biodiversidad. Son el espacio adecuado para la vida silvestre de la región, las aves y los agentes polinizadores. Las arboledas colaboran en evitar la erosión del suelo y el degradamiento ambiental, además de absorber el rocío y las lluvias, transformando paisajes degradados en suelos aptos para la vida.
En Misiones contamos con un plan para nuestro arbolado urbano -regulado en 2013- llamado Plan Forestal Urbano, que se dedica a ordenar la recuperación, completamiento o sustitución y la implantación de arboles en nuestra capital. Promueve la creación de un inventario que permita llevar un registro público de los árboles con los que cuenta la ciudad. Y, ademas, organiza las calles y los barrios por colores, tipos y aromas, dándole una identidad diferente a cada rincón de Posadas.
En Dinamarca los vecinos de Copenhague, por ejemplo, planean volcarse a plantar responsablemente árboles frutales en veredas y plazas de la ciudad, para que cualquiera pueda tener una colación gratis, ayudar a combatir el hambre y como una manera de llevar a los centros urbanos su tradición de agricultores.
Imaginemos ir la calle y poder tomar una manzana de un árbol para comer mientras caminamos, o un limón para hacer jugo cuando lleguemos a casa. Esa ciudad es posible y algunos ya empezaron a plantarlos frente a sus hogares.
Sabemos que los árboles no sólo embellecen nuestras calles, significan incluso una mejor perspectiva económica para las propiedades, ya que los inmuebles incrementan su valor al contar con arterias arboladas.
Es claro que los árboles en nuestras ciudades son una pieza clave para la salud de las personas, ya que colaboran en nuestro bienestar físico y mental y nos hacen más felices.
En definitiva, promueven nuestro bienestar cotidiano y mejoran nuestra calidad de vida.
14 de feb de 2025
Vendiendo nuestras casas al mundo
Por
Eduardo Saldivia

Menos es más -en inglés ‘less is more’- es el lema que usaba uno de los maestros de la arquitectura para resumir sus ideas sobre el diseño. Así, Mies van der Rohe explicaba que el movimiento moderno del siglo XX encontraba su valor agregado despojando a los edificios de decoraciones innecesarias y cualquier ornamentación.
En el siglo XXI, el valor agregado que podemos darle a nuestros hogares, y -en definitiva- a toda una ciudad, tiene que ver con aquello que sea un aporte en ser amigables con nuestro ecosistema. Podemos reducir nuestra huella de carbono, reformular el estilo de vida que conocemos de las grandes capitales -sobre esto la pandemia también nos hizo reflexionar mucho- y proponernos cambiar nuestros hábitos de consumo.
A todo eso lo llamamos ‘green is more’, el ‘verde es mejor’ atraviesa todo el mundo de la arquitectura, el urbanismo, el paisajismo y la construcción actual, se trata de sustentar nuestro diseño desde una visión sostenible.Como todas las tendencias, empiezan siendo para unos pocos que pueden darse el lujo de permitirse estar a la vanguardia, pero el verdadero éxito se logra cuando los avances están al alcance de todos y este es el caso de las viviendas sustentables en Argentina.
En la arquitectura contemporánea se vivía como un privilegio poder contar con paneles solares en una casa o tener espacio para poder hacer una huerta viviendo en el medio de la ciudad. Pero gracias a las universidades, entidades gubernamentales y no gubernamentales, instituciones privadas y a los profesionales, estas posibilidades, hoy en día son mucho mas accesibles y en varios lugares de nuestro país se está trabajando en llevar ese green is more a toda la gente.
El caso mas reciente es en la provincia de Jujuy, donde el gobierno provincial en 2018 empezó a desarrollar tres prototipos de viviendas sociales que sean eficientes energéticamente. Una vivienda sustentable no requiere mayor mantenimiento que una casa convencional. Un caso claro son los artefactos de led que, si bien son mas caros que la clásica lamparita, el ahorro que significan en la factura a fin de mes es tan significativo que en poco tiempo esa diferencia se amortiza.
Desde el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos, Tierra y Vivienda de la provincia de Jujuy diseñaron un modelo de casa para cada zona bioclimática. Una para la puna, fría y seca, otra para la yunga, selva lluviosa, cálida y húmeda, y una tercera para el valle con su clima templado.Este trabajo encabezado por la arquitecta Irma Padilla, coordinadora de Gestión Territorial, empezó con negativas.
La propuesta se postuló a un programa de Nación en busca de fondos pero no les permitieron sumarse al conocido Programa GEF, destinado a estudio de la Eficiencia Energética y las Energías Renovables en la Vivienda Social Argentina.Sin recursos y con el proyecto a punto de naufragar, la Embajada de Alemania se interesó por la propuesta y aceptó financiar el 20% de la investigación con un subsidio no reembolsable, pero a cambio de poder aprender más sobre la construcción de casas amables con el medioambiente.
Hoy estos prototipos están casi terminados y junto a la Unsam, la Unju y próximamente a la Unas -con su Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional- se dedicarán a investigar y documentar todos los avances que ofrecen estas nuevas casas, para poder compartir con la comunidad científica las mediciones certeras de los buenos resultados y su rentabilidad. El dinero necesario para completar las obras lo cubrió el gobierno provincial con fondos surgidos de la venta de lotes con servicios.
Las viviendas cuentan con termotanque solar, ventilación cruzada, especial cuidado en las orientaciones que permitan aprovechar correctamente el sol. Aljibes que aprovechan el agua de lluvia. Incluso hasta el uso del adobe en los muros con cámara de aire son bienvenidos en el caso de unidad en La Quiaca.
Pero, sin dudas, la estrella en estas viviendas es su pozo canadiense, una toma de aire alejada de la vivienda lleva la brisa exterior por un conducto de ventilación a tres metros bajo tierra y la entrega en el interior de la vivienda a 26 grados, producto de su intercambio de calor con la tierra, no importa si afuera sea invierno o verano.
Estas son las que llamamos estrategias pasivas y activas en el diseño bioclimático, aquellas que ya vienen con la casa desde su construcción, surgen del entorno y permiten ahorros de energía, de agua, y hasta una climatización confortable sin calefacción o aire acondicionado.
En conclusión, en Argentina tenemos el conocimiento, las herramientas y la tradición constructiva para encarar seriamente nuestra aspiración de llevarle viviendas sustentables a todos, a tal punto que vemos que desde el primer mundo pagan por tener la información de lo que estamos haciendo. Avancemos en exportar este conocimiento, se nos abre una gran oportunidad que no podemos perder y de la que Misiones puede ser protagonista.
4 de feb de 2025
Club de amigos de los ladrillos
Por
Eduardo Saldivia

En la construcción, un fideicomiso es un sistema a través del cual un inversor puede adquirir un departamento. Tiene dos características clave, que se compra la propiedad al costo (o casi) y que se puede comprar financiando el monto total a pagar.
Un fideicomiso funciona como un club de amigos: hay una persona referente -en la que todos confían por algún motivo- y esta persona te invita a que le vayas dando dinero en cuotas mensuales, hasta que cubras el total del costo de un departamento. Pasando en limpio, uno le va a ir dando sus ahorros a una persona que se compromete a devolvernos un departamento a estrenar, dentro de tres años. Por esto es muy importante quién organiza el fideicomiso, tener la confianza de un inversor para un emprendimiento que no existe debe ser de las cosas más difíciles de lograr en el mercado inmobiliario. Este fiduciario se compromete contractualmente a ir administrando lo recaudado entre todos los “socios del club” para ir construyendo el edificio, como contratar un arquitecto que haga el proyecto y pagarle a una empresa constructora que lo edifique.
En Buenos Aires, hace mucho tiempo, tuve la oportunidad de conocer un pequeño estudio de arquitectos con gran empuje. Ellos empezaron con un grupo de primos y cuñados que se juntaron en un fideicomiso, le dieron sus ahorros al arquitecto capitán del equipo y este los utilizó para construir un edificio de diez departamentos. Todos eran amigos y estaban muy contentos de poder compartir el quincho los fines de semana, de poder vivir ahí juntos como si fueran una gran familia. Después el hermano de uno vendió su unidad y otro la alquiló, pero esa fue una de sus primeras construcciones y gracias a esa experiencia les empezó a llegar gente al estudio consultándo para repetir esa modalidad. Hoy, en su sitio web, anuncian que van por el edificio número catorce.
¿Pero qué pasa cuando el fiduciario no es un familiar?
Es importante que tengamos buenas referencias de él, en lo posible gente que lo conozca, pero -tal como sucede en el caso que relataba al comienzo- lo más importante es poder tener un edificio ya construido como referencia, algo en lo que uno pueda ver cierta trayectoria o experiencia. Por ejemplo, Alan Faena ha sido un buen fiduciario con las inversiones de Eduardo Costantini.
Otro punto importante en un fideicomiso son los que van a ser beneficiarios, los otros socios de este club. Nuestro fiduciario necesita de lo recaudado para poder seguir construyendo, si la gente se empieza a dar de baja o a estar morosos, la obra no puede continuar. Va a ser muy difícil que me den mi departamento en el 5º piso, si el del 3º y el del 4º no se construyen. Por esto es muy importante que nadie se baje del fideicomiso al que nos adherimos. Woody Allen dijo que él nunca querría ser socio de un club a donde le dieran la membresía a gente como él.
Idealmente, el fideicomiso cobra su cuota mensual en dólares y en efectivo (o en su equivalente en pesos) pero conocí a buenos fiduciarios que aceptaban gallinas, autos usados, cargas de pino talado o con hoja verde de yerba, y ellos después se ocupaban de venderlo todo, con tal de no parar la obra en construcción.
Y acá entramos en una parte áspera del tema. ¿Qué pasa con el fideicomiso si se cancela a mitad de camino? Esto es importante dejarlo en claro: si compré un departamento en lo que iba a estar en el 5º piso del edificio y sólo se construyó un departamento en el 1º, lo que se llegó a construir le pertenece a todos por igual y no sólo a las personas que iban a vivir allí en un futuro. En esos casos, se suele vender lo que se construyó, y lo recaudado de la venta se reparte entre todos, proporcionalmente. En este sentido, considere que el dueño del terreno es quien más se arriesga. Es un fiduciante: pone toda su inversión junta y desde el principio, a diferencia de los otros que van aportando de poco, mes a mes.
La rentabilidad de un fideicomiso, asumiendo el riesgo de adquirir la unidad de un edificio que todavía no está construido, reside en que ese departamento que uno compra al costo, va a valer -por lo menos- un +25%, cuando esté terminado. Así, por 100.000 dólares invertidos en un fideicomiso, vamos a estar comprando un departamento que en la inmobiliaria -dentro de tres años- va a valer 125.000 dólares.
Encontrar esa misma rentabilidad en una entidad financiera o con un plazo fijo en dólares no es algo muy freccuente, o pertenece al mundo de la timba financiera. Los ladrillos siempre ofrecieron una seguridad incomparable.
En conclusión, quiero que deje claro para el lector que esta es una modalidad para financiar obras que no ofrece soluciones mágicas ni rentabilidad extraordinarias. Es una opción de hacer buenos negocios, con gente de confianza, que genera trabajo y es un engranaje más que ayuda a motorizar nuestra economía, sin especulaciones.